Sea que vivamos o muramos de Cristo somos
Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Romanos 14:7-8 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Si profundizamos en los versículos de hoy, podremos entender que no tenemos ninguna autoridad espiritual que esté por encima de Dios y de su palabra, y que solamente estamos aquí en la tierra para cumplir su voluntad y esa tiene que ser nuestra prioridad, para no perder la salvación y la vida eterna en los cielos.
Pablo enseña que el que come, para el Señor come, y que dé gracias a Dios, y el que no come, para el Señor no come y que dé gracias a Dios. Ninguna persona debe vivir para sí mismo, ni tampoco ninguno decidirá el día de su muerte, porque todo le pertenece a Dios.
Lo triste es que, si hoy estamos leyendo que todo nuestro destino está diseñado por Dios, ¿por qué nos empeñamos en seguir haciendo lo que queremos en lugar de preocuparnos por vivir en la plena y absoluta voluntad de Dios?
Entendamos que sobre todo lo que existe, sean personas, animales o cosas Dios es el que tiene la última palabra. Tengamos la urgencia de saber dónde estamos hoy en relación con la voluntad de Dios, ya que no sabemos si hoy es nuestro último día de existencia aquí en la tierra y nos presentaremos delante del tribunal de Cristo en los cielos y daremos cuentas de todo lo que hicimos, sea bueno o sea malo (2 Corintios 5:10).
*Pidámosle a Jesús que su santidad y su gracia habitando en nosotros, nos haga sensibles y obedientes a la autoridad de Dios en nuestra vida, para agradarle y ser de testimonio y bendición a otros que todavía no conocen.
Hoy es tu día de salvación si te rindes a Jesús y permites que, por su gracia Él sea tu esperanza de gloria y tu victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57, Efesios 2:1-10). Aleluya.
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