Descansando en el propósito de Dios
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Romanos 8:28 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Amar a Dios es el fruto de haber sido escogidos por El para seguirlo, tomar nuestra cruz y negarnos a nosotros mismos, porque esa fue la invitación del Hijo de Dios a todos aquellos que se sentaban a escuchar Sus palabras. Nuestra vida sin conocer a Jesús podemos identificarla por los terribles frutos y destrucción que dejó el pecado en nuestro pasado pero que ahora si amamos a Cristo todo obra para bien, dando a entender que lo que antes fue una aflicción, Dios lo usará para madurarnos y para que de un fruto bueno de bendición, tal y como lo menciona el versículo de hoy de este devocional. También es necesario saber que somos hechura de Dios creados en Cristo para realizar buenas obras las cuales Dios había preparado de ante mano para que anduviésemos en ellas, pero por causa del pecado desde Adán y Eva, ningún ser humano salvo Cristo, puede ni podrá hacer la voluntad de Dios sin la gracia y la fe que ahora recibimos por el sacrificio del Hijo de Dios en la cruz. *Cuando nacemos de nuevo como cristianos, empezamos a conocer el verdadero propósito por el cual fuimos creados y a obedecer la voluntad de Dios que produce santidad y una vida sin mancha en nosotros, porque para eso fuimos predestinados y llamados para ser adoptados hijos de Dios por medio de la fe en Jesús. Descansar en el propósito de Dios es venir a Jesús y aprender de El a ser mansos y humildes de corazón, pues ese regalo viene incluido en una persona que se convierte en siervo de Dios (Efesios capítulos 1 y 2, Mateo 11:28-29). Hoy es el día de recibir a Jesús como nuestro Salvador (Romanos 10:8-13). Que la gracia de Dios nos permita disfrutar que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.
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