Los ojos, la lámpara del cuerpo
La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mateo 6:22-23 (RVR1960)
Cambiador del Mundo: Una de las interpretaciones que se la ha dado a estos dos versículos bíblicos, es que nuestros ojos no los pongamos en los tesoros de la tierra, sino que los pongamos en Dios y en Sus promesas escritas en las Sagradas Escrituras.
*Cuando una persona entiende su llamado para servir a Jesús, y está completamente arrepentida de su pasado y lo ha dejado atrás, el mismo Espíritu Santo que llena el corazón de un cristiano nacido de nuevo, dirigirá su vista hacia los tesoros eternos, lo que aquí en la tierra no se pueden cuantificar pero en los cielos Dios tiene la perfecta recompensa de todos aquellos que tomaron su cruz, crucificaron su Yo, y lo siguieron hasta el último día aquí en la tierra.
El mundo y su príncipe de tinieblas que lo gobierna, no se detendrá en seguirnos invitando a dedicarnos a ganar sus riquezas temporales que pueden ser robadas y que no tienen ninguna recompensa cuando nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Porque todos nos presentaremos delante de Jesús a rendir cuentas de lo que hicimos en esta vida para que cada uno reciba según lo que hizo mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Corintios 5:10).
Cristo te ama y quiere que lo invites a entrar a tu corazón y que le rindas tu vida aquí en la tierra, porque El sabe galardonar por la eternidad a los que le aman (Romanos 10:8-13).
Cristo es en nosotros la única esperanza de ver la gloria de Dios en nuestra vida y de alcanzar la victoria y la corona eterna que El mismo dará a todos los que le aman. Prediquemos Su Evangelio para que pueda cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.
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