Dios y las riquezas
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 6:24 (RVR1960)
Cambiador del Mundo: Nuestro Señor Jesucristo nos recalca en esta Escritura que nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, tampoco se puede servir a Dios y a las riquezas. Pero en lo natural no podremos entender lo que el Señor aquí nos dice a menos que tengamos la revelación del Espíritu Santo, ya que es normal que cualquier persona quiera vivir dedicada a trabajar o hasta afanarse por todo lo que necesitará para su diario vivir. *Necesitamos abrazarnos de Dios y de Su Palabra para poder entender que cuando caminamos buscando el propósito eterno de nuestro Creador, Él también nos provee todo lo que necesitamos y obviamente estamos considerando techo, abrigo y alimento (Mateo 6:33). Cuando conocemos lo que está escrito en la Biblia para los hijos de Dios, es que podemos descansar de nuestros afanes viniendo a los brazos de nuestro Señor Jesucristo. El mundo siempre nos estará tentando a amarlo, a codiciar sus riquezas y siempre estar insatisfechos con ellas, pero el Apóstol Juan nos habla de que no amemos al mundo ni las cosas que están en el mundo, porque todo lo que hay en él, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre sino del mundo y el mundo pasa y sus deseos también; pero el que hace la voluntad de Dios, permanecerá para siempre (1 Juan 2:15-17). Cristo te ama y quiere ser el Rey y Señor de tu vida, si tú le abres tu corazón y lo invitas a vivir en ti (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros es nuestra única esperanza de poder alcanzar la gloria y la victoria de Dios y de poder llevar Su Evangelio hasta el último rincón de la tierra para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20). Aleluya.
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