La fe de los discípulos de Cristo
No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. Más en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis.
Mateo 10:9-11 (RVR1960)
Cambiador del Mundo: El Señor nos está enseñando que cuando empezaron a evangelizar, Él mandó a Sus discípulos a no proveerse de sustento para el camino, ni siquiera de demasiada ropa porque el obrero es digno de su alimento dijo Jesús. Además les mandó a quedarse específicamente en lugares dignos y que permanecieran ahí hasta que partieran de esa población. Jesús sabía que no iba a ser fácil para ellos caminar en esta fe tan grande, sobre todo porque normalmente se cruzaban por sus caminos algunos fariseos que intentaban desprestigiar a los discípulos y muchas veces provocaban al pueblo para fueran apedreados. Jesús también les decía que la casa que fuera digna y los recibiere, la paz de Dios vendría sobre ella, pero si no fuere digna la paz le sería quitada. Si alguno no los recibía ni tampoco escuchaba la Palabra, Jesús les mandó salir de esa casa o ciudad y sacudir el polvo de sus pies (Mateo 10:13-15). En el día del juicio su castigo sería grande para esa ciudad. *Pidámosle a Dios discernimiento para poder recibir Su Palabra y para que Su Espíritu Santo la vuelva vida en nuestra vida, a fin de que demos frutos apacibles de justicia y tengamos el aroma de Cristo. Cristo te ama y también quiere entrar a tu corazón para salvarte (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.
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