El amor y el temor a Dios
Enséñame, Señor, tu camino, para que camine yo en tu verdad. Dale firmeza a mi corazón, para que siempre tema tu nombre.
Salmos 86:11 (RVC)
Cambiador del Mundo: Como cristianos nacidos de nuevo, necesitamos del amor de Dios y que el temor a El nos establezcan con firmeza en nuestro caminar aquí en la tierra, para que podamos soportar y permanecer en Su propósito durante las pruebas que siempre sobre vendrán en contra de los hijos de Dios. La Biblia nos enseña que el principio de la sabiduría es el temor de Dios y que los insensatos desprecian la sabiduría y enseñanza. También nos enseña que el temor de Dios es: aborrecer el mal, la soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa (Proverbios 8:13). Por eso todo aquel que se proclama cristiano nacido de nuevo, significa que se ha arrepentido y el amor de Dios lo ha perdonado y se ha llenado del temor reverente a Dios que lo hace aborrecer el pecado y la maldad de este mundo y le permite caminar una vida nueva llena de gracia y de verdad porque ahora Cristo vive en él (Juan 1:14, 17). Caminar como un verdadero hijo de Dios implica que nosotros busquemos incesantemente entender en nuestro corazón la importancia del amor de Dios, porque será la única manera de que también nosotros amemos a nuestro Creador y a nuestro prójimo. Jesús nos enseña que amemos a nuestros semejantes como El nos ha amado (Juan 15:12-13). *Por lo tanto tiene que ser nuestra prioridad dejarnos llenar por el amor de Dios y temerle a El para tener esperanza de terminar la carrera aquí en la tierra y obtener la victoria en Cristo. Hoy es tu día de salvación si aun no te has entregado a Jesús (Romanos 10:8-13). Que la gracia, el amor y nuestro temor a Dios, permita que Cristo sea en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.
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