Desechemos la tibieza espiritual
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Apocalipsis 3:14-15 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Si en verdad nosotros queremos reconciliarnos con Dios para dejar atrás nuestra vida de pecado, tendremos que empezar por nacer de nuevo, y eso significa arrepentirnos de todas nuestras faltas, confesárselas a Jesús, recibirlo a Él como nuestro Señor y bautizarse en las aguas.
Entendamos que, reconciliarnos con Dios implica renunciar al mundo y su rebelión, y pedirle además a Jesús que nos restaure y nos regrese al plan original que Él tenía para toda la humanidad.
No seamos cristianos tibios, porque Dios conoce nuestras obras y no vamos a poder disfrazarnos de un falso cristianismo. Al cristiano tibio, Dios lo vomita de su boca, esto significa que lo echa fuera del Cuerpo de Cristo, su iglesia, y eso no debe acontecerle a ninguna persona que se entregó a Jesús, a menos que nunca haya sacado el mundo de su corazón (Apocalipsis 3:16).
*Es urgente que revisemos si estamos viviendo en tibieza, lo que significa un pie en Cristo y otro en el mundo y peor aún, que después de entregarnos a Cristo no aceptemos ser corregidos, y eso siga retrasando que Él nos siga restaurando y santificando, preparándonos para la vida eterna, junto con los que le aman y están tomando en serio su relación con Él.
Para ser un cristiano en serio, hay que morir a nuestro yo por la gracia de Dios que nos ha sido dada, y dejar atrás nuestra vieja naturaleza que vivía deleitándose en el pecado y agradándose a sí misma. En pocas palabras, es dejar atrás todo lo que ofenda a Dios, para que Él cumpla en nosotros su voluntad.
*Hoy es tu día de salvación si te entregas a Jesús, para que por su gracia Él sea tu esperanza de gloria, santidad y victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57, Efesios 2:1-10). Aleluya.