El obediente será grande en el Reino de los cielos

Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 5:19-20 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Solamente el Espíritu Santo nos puede revelar estas palabras que nuestro Señor Jesucristo habló a todos. Es necesario que los que hemos nacido de nuevo en Cristo, entendamos que desde Génesis hasta Apocalipsis, es Palabra de Dios y haremos muy bien en leerla y pedirle a Dios que nos la revele en nuestro corazón para que podamos compartirla. El Apóstol Pablo le habló a Timoteo de que los últimos tiempos serían peligrosos, porque la tierra se llenaría de hombres y mujeres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin temperamento, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, fatuos, amadores de los deleites más que de Dios y que tendrían apariencia de piedad, pero negarían la eficacia de ella, a estos evitarlos. *Pero también dijo Pablo para Timoteo y para todo cristiano: persiste en lo que has aprendido, porque desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras las cuales te han hecho sabio para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para salvar, para enseñar, para corregir y para instruir en la justicia de Dios a fin de que seamos hijos de Dios maduros y enteramente preparados para toda buena obra (2 Timoteo capítulo 3). Hoy es el día de recibir a Jesús en tu corazón porque El te ama y está esperando que vengas a Él, si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por su amor y gracia cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya. *Promesa.

Jesús vino a cumplir la Ley

No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.
Mateo 5:17-18 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Los fariseos de esa época siempre estaban acusando a Jesús de que Él no estaba cumpliendo la Ley, porque estos religiosos no tenían ninguna verdadera revelación de quién era Jesús y del papel que vino a cumplir aquí en la tierra, como el Hijo de Dios y Dios mismo, que fue crucificado, muerto y resucitado al tercer día, dándole así total cumplimiento a la voluntad del Padre, para salvación de todos aquellos que crean en Su Nombre. Nadie mejor que Jesús sabía lo que Dios quería hacer con toda la humanidad y por eso envió a Su Hijo para que Él sea el único camino de regreso al Padre. Pero lo que más turbaba a estos fariseos era que Cristo no hablaba ni se comportaba como uno de ellos, sino que Él hablaba con humildad y mansedumbre, sin ninguna prepotencia, porque Él sabía quién era, y que venía a este mundo para salvar a los hambrientos y sedientos de Su Palabra y la gran mayoría fueron la escoria de la sociedad judía, como Pablo lo dijo en una de sus cartas a los Corintios (1 Corintios 1:18-31). *En Juan 3:16 tenemos la más grande promesa de toda la Biblia y ahí se nos dice que: de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito para que todo aquel que en El crea, no se pierda más tenga vida eterna. Cristo te ama y hoy es tu día de salvación y es necesario que invites a Jesús a tu corazón si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Gócense y alégrense en Jesús

Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.
Mateo 5:11-12 (LBLA)

Cambiador del Mundo: En estas escrituras Jesús está hablando que no nos extrañemos de ser perseguidos, calumniados, agraviados, ofendidos por gente mentirosa enemiga del Evangelio y a las que Dios les permite que cumplan su función de maldad, y no se arrepienten y se entregan a Jesús, su destino eterno será en un lago de fuego (Apocalipsis 20:15). Jesús nos exhorta a venir a Él, pero también nos advierte, que nada será fácil cuando nos proclamemos cristianos nacidos de nuevo, porque lo hemos dicho muchas veces: en este mundo pasaremos muchas pruebas, pero al que venciere dice el Señor que lo sentará en Su trono (Apocalipsis 3:21). La Biblia nos enseña que la Palabra de la cruz es locura para los que se pierden, pero a los que se salvan, esto es a nosotros los que hemos creído, es poder de Dios (1 Corintios 1:18 ). Por eso cuando hablamos de persecuciones que nos traerán bienaventuranzas, escucharemos palabras de incredulidad o argumentos de que es demasiado difícil ser cristiano, pero en el Nuevo Testamento leemos las persecuciones que sufrieron los discípulos y aquellos que se convirtieron después y nunca negaron su fe en Jesús (Hechos 12:1-2). *Jesús nos fortalecerá como siervos amados y nos sostendrá con el poder de Su Espíritu Santo durante toda nuestra carrera cristiana aquí en la tierra, y El guardará nuestro corazón para que nuestra fe nunca decaiga (Romanos 15:13). Hoy es el día de que puedas creer en Jesús y rendirte a El totalmente si aún no lo has hecho, para que Él sea tu Rey y Señor (Romanos 10:8-13). Cristo te ama y Él es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que, por Su amor y gracia, nos permite predicar Su Palabra para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

La bendición de ser perseguidos por la fe

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:10 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Esta escritura se refiere a aquellos que por causa del Reino de Dios y de Su justica que proclaman, son perseguidos por el mundo que aborrece a Dios y aborrece también a todos aquellos que aman a Jesús. La Biblia habla de que somos bienaventurados si padecemos persecución por poner en primer lugar la Palabra de Dios, la Santa Biblia, aunque en lo natural será un tiempo incómodo y algunas veces doloroso, pero por eso tenemos que acrecentar nuestra fe y llenarnos de la vida de Cristo. Ser bienaventurados en medio de estas pruebas significa que Dios siempre estará en control de nuestro diario vivir y de una gran recompensa eterna que derramará gran gozo para siempre y solo será concedido a todas aquellas personas que reciban a Jesús en su corazón y sean salvos. Jesucristo explicó en Su evangelio que todo aquel que se entregara a Él, sería perseguido aun por su propia familia y que por lo tanto caminara confiando en las promesas de Dios, aun dejando padre, madre, familia, propiedades, porque lo importante era terminar la carrera de fe que comenzó. El que halla su vida la perderá; y el que pierda su vida por causa de Cristo, la hallará (Mateo capítulo 10). *Todos los cristianos nacidos de nuevo, estamos siendo fortalecidos por el Espíritu Santo de Dios para ser guardados en este mundo y en medio de una generación que tristemente se ha llenado de perversidad y le ha dado la espalda a la promesa de salvación y vida eterna, que solamente se consiguen a través de Jesús. Pero para los que hemos creído y nos hemos entregado plenamente a nuestro Creador, recibiremos en los cielos la corona de vida eterna (1 Corintios 4:1-6). Cristo te ama y hoy te está invitando a que te entregues a El si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Jesús es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar Su evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Jesús un pacificador

Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

Mateo 5:9 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Desde que Jesús comenzó a predicar el Evangelio, declaró que vinieran a Él porque Él era la paz y en el mundo tendríamos aflicción, pero señaló que confiáramos en Él porque ya había vencido al mundo (Juan 16:33). Puede entenderse por aflicción una presión que nos quiere desviar, una tensión, angustia, tribulación o adversidad, que hacen un trabajo silencioso muchas veces, pero terriblemente destructor en cualquier persona que todavía no ha puesto su fe en Cristo Jesús. Jesús también habló que Él se iría de la tierra, pero Su paz nos dejaría y esta no era como la que el mundo da y por lo tanto, todos aquellos que la recibieran, evitarían que su corazón sea turbado o que tuvieran miedo. La seguridad de nuestra paz tiene que ser, que el Señor vino a la tierra, vivió entre nosotros, murió y resucitó, y ahora está en Su trono en los cielos junto al Padre Eterno. Además El prometió que enviaría al Consolador, el Espíritu Santo, precisamente para que nos enseñara a vivir con paz, porque sabemos en quién hemos creído, en medio de un mundo que está totalmente alejado de la Palabra de Dios. *Pero a la Iglesia Cristiana, Dios la guardará en medio de todas las circunstancias para que cumpla su propósito y pueda ser llevada a los cielos a las Bodas del Cordero (Juan 14:25-28, Apocalipsis 19:6-9). Nosotros los cristianos nacidos de nuevo, vivimos ahora disfrutando de la paz de Dios aun en medio de las adversidades, porque sabemos que estas tribulaciones nos son comparables a la gran recompensa que tendremos en el cielo cuando vivamos eternamente con Jesús (Romanos 8:18 ). Seamos pues pacificadores, y si todavía no le has dado lugar a Jesús en tu corazón, invítalo hoy para que sea tu Rey y Señor (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria, que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Jesús y los de limpio corazón

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
Mateo 5:8 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Dios desea que todos aquellos que aborrezcan su vida saturada de pecado, y que deseen ser limpiados por El, se acerquen y rindan su vida a Jesucristo nuestro Señor. La palabra limpio significa sin mancha, puro, sin ninguna contaminación y puede ser tanto para lo físico como lo espiritual. Nosotros tenemos una naturaleza caída y estamos llenos de pecado antes de venir a Jesús, y por eso cuando nos rendimos a Él y le confesamos todos nuestros pecados, Él nos limpia por medio de Su sangre preciosa, de esa contaminación y corrupción en la que vivíamos esclavizados. En el libro de Romanos, Pablo nos enseña que nadie es mejor que nadie, que no hay justo ni aun uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, todos estamos desviados y somos inútiles por nosotros mismos, no hay quien haga lo bueno ni si quiera uno, sepulcro abierto es nuestra garganta y no sabemos hablar lo bueno cuando caminamos sin Dios. *Pero ahora a parte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios testificada por la Ley y los Profetas y es por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen en El, para que todos aquellos que pecaron y estaban destituidos de la gloria de Dios, ahora sean justificados gratuitamente por medio de la fe en Su gracia y redención que solo hay en Cristo Jesús (Romanos 3:9-24). Solamente Cristo puede cambiar nuestro corazón y mantenerlo limpio y puro porque cuando venimos a Él, El quita nuestro corazón de piedra impuro y pone Su corazón de carne y puro (Ezequiel 36:26-27). Es necesario saber que Cristo nos ama y dio Su vida por nosotros pero si todavía no lo has recibido en tu corazón, hoy es el tiempo de hacerlo para que seas un hijo de Dios (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Jesús y Su misericordia

Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
Mateo 5:7 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Nuestro Señor Jesucristo es el mejor testimonio de amor y misericordia hacia toda la humanidad, pues dio Su vida para pagar el precio de todos los pecados del mundo y para que todo aquel que crea en Su Nombre, sea perdonado y reciba vida eterna (Juan 3:16). Una de las cualidades que debemos de tener como verdaderos cristianos nacidos de nuevo, es el ser misericordiosos como lo es Jesús con nosotros. La misericordia es la disposición de tener compasión de los sufrimientos ajenos y por supuesto derramar nuestra vida con amor hacia el necesitado, especialmente tratándose de actitudes donde hay que perdonar y también reconciliar. Para que todo esto sea vida en nosotros, es necesario que reconozcamos que todos tenemos el mismo potencial de fallar, lastimar y pecar y así como Cristo derramó en nosotros Su misericordia, Él está esperando que nosotros llevemos en nuestro corazón este mismo sentimiento con los demás. Nuestro cristianismo debe de brillar precisamente en ser misericordiosos en medio de una generación que está viviendo en tinieblas por causa de no conocer a Dios, ni a Su Hijo Jesucristo. Es necesario que como hijos de Dios prediquemos precisamente de la misericordia que Jesús quiere otorgar a todo aquel que se arrepienta de corazón. *En la Biblia tenemos la promesa de que nos acerquemos pues confiadamente al Trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:16). Cristo nos ama de una manera inigualable porque no hay mayor amor que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Por lo tanto hoy es el día si aún no lo has hecho, de recibir por la misericordia de Dios, a Jesús en tu corazón para ser perdonado y tener vida eterna (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su gracia nos permite predicar para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20). Aleluya.

Bienaventurados los que lloran

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

Mateo 5:4 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Durante nuestra vida surgirán muchas situaciones donde atravesaremos por dolor y quebranto, pero por supuesto que será mucho mejor si todo lo que estamos padeciendo es como consecuencia de ser verdaderos cristianos, que aman a Jesús con toda su alma, cuerpo y espíritu. Pero muy triste sería que nosotros estemos atravesando muchos dolores por causa de una vida apartada de la Palabra de Dios que es la Santa Biblia.
El Apóstol Pedro nos habla claramente en una de sus cartas, que cuando caminemos con Jesús, no nos debe de sorprender si nos viene alguna prueba, sino que nos gocemos cuando somos participantes de los padecimientos de Cristo, para que también cuando se revele Su gloria, nos gocemos con gran alegría.
Puede suceder que seamos vituperados por el Nombre de Cristo, pero si eso sucede, somos bienaventurados porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre aquellos que se han entregado a Jesús.
Así que ninguno de nosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometerse en lo ajeno, pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence sino glorifique a Dios por ello (1 Pedro 4:12-16).
Por lo tanto todos aquellos que estamos caminando con Jesús, tengamos bien presente que si padecemos por la voluntad de Dios, pidámosle a El que nos sostenga para que nosotros podamos caminar haciendo el bien a pesar de nuestras circunstancias (1 Pedro 4:19).
*Por supuesto que ninguno de nosotros va a decirle a Dios, envíame pruebas para que demuestre mi cristianismo, pero si podemos pedirle a Dios que El mismo nos sostenga cuando sobre vengan estos acontecimientos. Reconozcamos hoy que solamente por Su poder, amor, gracia, misericordia y gozo, podremos permanecer de pie durante todo el tiempo de nuestra vida aquí en la tierra.
Jesús te ama y hoy es el día de invitarlo a tu vida para que sea tu Rey y Señor si todavía no lo has hecho (Romanos 10:8-13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

El Sermón del monte

Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a Él. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:1-3 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Nuestro Señor Jesucristo viendo la multitud que lo seguía se sentó junto con Sus discípulos para enseñarles la Palabra del Reino de Dios Su Padre y dijo: bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos. En lo natural si nosotros queremos entender esta promesa, tendríamos mucha dificultad porque siempre estamos pensando en lo físico y no en lo espiritual, pero Jesús utiliza la palabra bienaventurados para indicar algo grande o de larga duración, y esta palabra es una promesa de felicidad, de mucha bendición, de ser reconocido. Es una palabra que muestra todo el amor de Dios y derrama Su infinita gracia de una manera muy especial sobre una una persona para traer favor a la vida de quien lo recibe.
Los pobres en espíritu son aquellos que han reconocido la necesidad de Dios en sus vidas para poder vivir con esperanza, y entienden que si la mano de Dios y Dios mismo no está en ellos, su vida no tiene sentido y estarán totalmente perdidos.
*Por lo tanto Dios siempre viene al rescate de un corazón que se reconoce pobre en espíritu, que se abre para recibir la total y absoluta voluntad de Dios que es santa y perfecta.
Es necesario que sepamos que Cristo nos ama y dio Su vida por nosotros para ser nuestro Salvador y quiere entrar a vivir a nuestro corazón para que se cumpla todo el propósito para el cual fuimos creados por Dios Su Padre. Es por eso que hoy debes invitarlo a tu vida si todavía no lo has hecho (Romanos 10:8-13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que nos permite cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Jesús sanando a los enfermos

Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a Él todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos; y Él los sanaba. Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.
Mateo 4:24-25  (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando leemos todo este recorrido que hizo Jesús desde Galilea y acerca de los milagros que El hizo, nos damos cuenta que mucha gente lo siguió precisamente por eso, por recibir un milagro de las manos del Hijo de Dios. Todo tipo de enfermedades y dolencias en el pueblo El sanó y aun los atormentados y paralíticos El los levantó. Y le empezó a seguir mucha gente de todas partes.
Jesús estaba predicando las buenas nuevas, estaba anunciando que el Hijo de Dios estaba caminando sobre la tierra, que el Verbo se había hecho carne como bien lo señaló el Apóstol Juan, la luz en las tinieblas estaba resplandeciendo, en El estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Pero muchos lo siguieron solamente para recibir de El lo que necesitaban y después lo abandonaban.
El ministerio de Jesús aquí en la tierra fue anunciar que el Reino de Dios había llegado y por eso El empezó a predicar todo lo que oía de Su Padre, pero muchos no entendían y discutían y algunos otros hasta lo intentaron apedrear.
*Ahora en este tiempo es hora de que toda la humanidad levante la mirada a los cielos y pueda arrepentirse de su pecado y entonces Jesús volverá a sanar a los enfermos, y se levantará una Iglesia fuerte, firme en sus convicciones, porque esa es la voluntad de Dios, que resplandezcamos en medio de este mundo, porque somos la sal y la luz en la tierra.
Hoy es el día de rendirte a Jesús si aun no lo has hecho y tu vida cambiará (Romanos 10:8-13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su gracia nos permite cambiar el mundo, (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.