Nuestro despertar es para la gloria de Dios
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
1 Corintios 10:31 (RV1960)
Cambiador del Mundo: El Apóstol Pedro nos da una excelente explicación y nos enseña que cada cristiano nacido de nuevo, según el don que haya recibido debe ministrar a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Y si alguno habla, que lo haga conforme a las palabras de Dios; y si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien le pertenecen la gloria y todo el imperio por los siglos de los siglos (1 Pedro 4:10-11). Esta gran responsabilidad tiene que ser una prioridad para los cristianos que estamos luchando en contra de la oposición de este mundo, sabiendo que a lo bueno le llaman malo y todo lo malo lo quieren instituir y considerarlo muy bueno (Isaías 5:20). Durante nuestro caminar sobre esta tierra, la Biblia dice que vendrán pruebas de las cuales no debemos extrañarnos, sino gozarnos porque estamos participando de los padecimientos de Cristo, para que cuando se revele Su gloria y estemos en la eternidad con El, que es nuestra meta final, nos gocemos con gran alegría (1 Pedro 4:12-13). *Por lo tanto ninguno padezca como delincuente o por entrometerse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence sino glorifique a Dios por ello, pues eso traerá gran recompensa cuando estemos parados frente al tribunal de Cristo (1 Pedro 4:15-16, 2 Corintios 5:10). Si todavía no conoces que fuiste creado para participar de la gloria de Dios, hoy es el día que puedas entregarte a Jesús, pedirle que te perdone todos tus pecados e invitarlo a vivir a tu corazón como tu Rey y Señor (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que nos permitirá predicar el evangelio para cambiar el mundo (Mateo 28:19-20, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya