Ocupémonos de ser de bendición a los necesitados

Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto.
Tito 3:14 (RV1960)

Cambiador del Mundo: Necesitamos empezar hoy si aún no lo hemos hecho, a ocuparnos también de las necesidades de nuestro prójimo, y cuánto más si ellos son hermanos y hermanas en Cristo, porque esa es la voluntad de Dios, para que no corramos el riesgo de terminar nuestra carrera aquí en la tierra, sin haber testificado y bendecido a otros.

Si a lo largo de la Biblia, revisamos el testimonio de los siervos de Dios, nos daremos cuenta que todos ellos dejaron de pensar en sí mismos, y preguntaron a Dios qué harían con su vida para vivir en santidad, agradándole en todo y dando el testimonio de Cristo día a día.

En el Nuevo Testamento, los discípulos y Apóstoles de Cristo, comenzaron la iglesia primitiva con el entendimiento de derramar totalmente su vida, para que el evangelio pudiera llegar hasta el último rincón de la tierra. Ninguno de los siervos de Dios escatimó su tiempo, familia y bienes, sino que todo lo pusieron al servicio de la iglesia cristiana.
La importancia de obedecer a Dios y no dejar de congregarnos, no es para nuestro propio beneficio, sino para que podamos ser de bendición y que la gente aprenda, que nuestra prioridad es ayudar al pueblo de Dios en todo lo que necesite.

*El desafío más grande que tendremos como hijos de Dios, es que podamos permanecer con la misma humildad, amor y mansedumbre que tuvimos cuando nos entregamos a Jesús. Para eso será necesario que clamemos que Él ponga su gracia y santidad en nosotros, para que terminemos la carrera en esta tierra, no habiendo vivido solamente para nosotros, sino dando la vida por nuestro prójimo, ya que este es el verdadero amor (Juan 15:13, 2 Timoteo 4:7-8).

*Hoy es tu día de salvación si te entregas a Jesús, para que por su gracia Él sea tu esperanza de gloria, santidad y victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57, Efesios 2:1-10). Aleluya.

0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *